La conexión desde la luz del corazón

Cuando te relacionas con otras personas con la conciencia de tu Ser Humano completo, la conexión se realiza también en esa dimensión sutil de nuestros cuerpos superiores y de nuestra chispa divina. Nuestro sentido habitual de la vista no ve esa información, pero está. Lo que conocemos por las personas que ven el aura.

Resulta difícil, si no has aprendido a equilibrar todos tus cuerpos, comunicarte con personas cuando hay una diferencia muy grande entre los índices de vibración. Para sentir que tienes una buena relación es necesario vibrar en el mismo nivel de frecuencia. Te voy a explicar lo que ocurre cuando dos personas se acercan:

Existe un intercambio físico de flujos bioplásticos que portan información. El plasma es la energía fluida de colores que circula entre los campos. Cuando las personas interactúan, circulan entre ellas unos caudalosos flujos de bioplasma.

Cuando hay una comunicación en la que cada persona aporta mucho a la otra, los colores serán vivos claros y la energía será potente y nítida.

Cuando las personas no se gustan unas a otras, tratan de no intercambiar flujos energéticos, hay veces que no da resultado y se generan fricciones entre ellas. Si una persona intenta conseguir algo de otra, absorberá su energía como una ventosa.

Cuando conoces como funciona el flujo bioplasmático, puedes aprender a sostener la energía de la otra persona, sin que baje tu nivel de vibración.

Existen unos cordones que se conectan, los principales salen de nuestros centros energéticos.

Si la relación es sana, El cordón que te une es flexibles, brillante, vibrante y sirve para mantener la intimidad, la confianza y la comprensión a la vez que te asegura un espacio suficiente para la libertad y flexibilidad en la relación.

Si la relación no es sana, el cordón que te une es rígido, espeso, viscoso y estos cordones sirven para mantener las relaciones en un estado de co-dependencia.

El agradecimiento y la reconciliación son las claves para que los cordones que nos unen con las personas sean flexibles, brillantes y vibrantes, y este trabajo sólo es necesario que lo haga una de las dos personas.

Existe un intercambio físico de flujos bioplásticos que portan información. El plasma es la energía fluida de colores que circula entre los campos. Cuando las personas interactúan, circulan entre ellas unos caudalosos flujos de bioplasma.

Cuando hay una comunicación en la que cada persona aporta mucho a la otra, los colores serán vivos claros y la energía será potente y nítida.

Cuando las personas no se gustan unas a otras, tratan de no intercambiar flujos energéticos, hay veces que no da resultado y se generan fricciones entre ellas. Si una persona intenta conseguir algo de otra, absorberá su energía como una ventosa.

Cuando conoces como funciona el flujo bioplasmático, puedes aprender a sostener la energía de la otra persona, sin que baje tu nivel de vibración.

Existen unos cordones que se conectan, los principales salen de nuestros centros energéticos.

Si la relación es sana, el cordón que te une es flexible, brillante, vibrante y sirve para mantener la intimidad, la confianza y la comprensión a la vez que te asegura un espacio suficiente para la libertad y flexibilidad en la relación.

Si la relación no es sana, el cordón que te une es rígido, espeso, viscoso y estos cordones sirven para mantener las relaciones en un estado de co-dependencia.

El agradecimiento y la reconciliación son las claves para que los cordones que nos unen con las personas sean flexibles, brillantes y vibrantes, y este trabajo sólo es necesario que lo haga una de las dos personas.

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