Abrirte a su energía te permite utilizarlas como campos impulsores y equilibradores. La experiencia en El Campo de las Nuevas constelaciones así lo constata.
El plasma, el éter sostiene todas las frecuencias del color. Cuando el observador mira, da luz, a uno a varios de ellos.
Cada color en su origen tiene una frecuencia y emite una energía diferente. Ese nivel de frecuencia permite, por ejemplo, activarnos si está en la gama de los rojos: