“Somos Energía”, nuestro cuerpo está formado por energía, es decir, partículas en movimiento. Cada órgano, cada célula, cada canal energético tiene una estructura y un ritmo que facilita su funcionamiento.
Los movimientos naturales de la vida van desequilibrando esta estructura, por eso es necesario hacer ajustes, donde el cuerpo recuerda la estructura original con la que todo funciona en armonía.
Todos tenemos un “Guía interno” que nos facilita vivir en equilibrio. Cuando nos desconectamos o no le escuchamos es cuando nuestro cuerpo se desestructura cómo consecuencia de tomar decisiones que no son las adecuadas para nosotros.
Por ejemplo, realizar mas acciones de las necesarias, comer alimentos que en ese momento nuestro cuerpo no necesita, reaccionar, agredir, enfadarnos, paralizarnos… frente a situaciones, en vez de actuar en la dirección adecuada.
Cuando los desajustes son grandes, nuestro cuerpo comenzará a experimentar síntomas. Estos síntomas pueden ser:
- Mentales: Duda, obsesión, depresión.
- Emocionales: estrés, ansiedad, tristeza, miedo, culpa.
- Físicos: Alteración de la tensión, dolores musculares, piedras en el riñón o vesícula, estreñimiento… y en general alteración del natural funcionamiento de los órganos.
- Espirituales: Desconexión de tu propósito de vida, no desear vivir, sentir que no vales para nada…
Restaurar el equilibrio de tu energía facilita que vuelvas a escuchar a tu “Guía interno” y que tu cuerpo, tus emociones y tus pensamientos vuelvan al funcionamiento natural.